Un vehículo aéreo no tripulado (UAV), comúnmente conocido como dron, es una aeronave sin piloto humano, tripulación ni pasajeros a bordo. Existen diversos ámbitos de aplicación para los drones en la agricultura, ya que pueden integrarse con tecnologías novedosas, capacidades informáticas y sensores de a bordo para permitir la gestión de los cultivos (por ejemplo, cartografía, supervisión del riego, diagnóstico de cultivos), sistemas de alerta temprana para la preparación ante catástrofes, la protección de la vida silvestre y el apoyo a la silvicultura, por nombrar solo algunos. Del mismo modo, los drones podrían utilizarse en múltiples actividades agrícolas, como la supervisión de los cultivos y del crecimiento, la estimación del rendimiento, la evaluación del estrés hídrico y la detección de malas hierbas, plagas y enfermedades. Los drones pueden utilizarse no sólo para la vigilancia, la estimación y la detección de sus datos sensoriales, sino también para el riego de precisión y la gestión precisa de las malas hierbas, las plagas y las enfermedades. En otras palabras, los drones son capaces de rociar agua y pesticidas en cantidades precisas basándose en los datos ambientales.