Los elevados costes asociados al tratamiento de los residuos de metales pesados y radionúclidos han abierto un hueco en el mercado de la recuperación medioambiental para tecnologías innovadoras y rentables. Los sistemas de fitorremediación basados en el uso de la capacidad de acumulación de metales de ciertas plantas para la eliminación de metales pesados y radionúclidos de los suelos y el agua, prometen una limpieza eficaz y de bajo coste de los lugares contaminados con bajos niveles de metales/radionúclidos. Los ensayos de campo abarcan desde la eliminación de radionúclidos de un estanque contaminado en Chernóbil utilizando girasoles, hasta el tratamiento de suelos contaminados con plomo en Nueva Jersey utilizando cultivos sucesivos de un cultivar de mostaza india. Si bien estos experimentos son indicativos del éxito de esta tecnología a escala experimental, el salto a un sistema de remediación comercializable a gran escala plantea ciertos retos en la integración de la ingeniería con los conocimientos biológicos.