Se editan las dos versiones de La vida es sueño, cotejando diversas ediciones y prestando particular atención a la de Lisboa de 1647, así como a una edición española de 1887 que dispone de un texto anterior a los más antiguos conservados de la versión larga. En la versión final del texto se incorporan un entremés, una jácara, y una mojiganga, manteniendo así el espíritu de las representaciones teatrales conforme se hacían en los corrales de comedias del Siglo de Oro.